Muchas veces he pensado que me encantaría borrar de mi memoria ciertos libros para tener la oportunidad de volver a leerlos y que me sorprendan con la misma fuerza con que lo hicieron la primera vez. Poco a poco iré exponiendo aquí algunos pasajes de los que más venero. Éste, en concreto, perteneciente a La Comunidad del Anillo, fue para mí desgarrador. La más alta tensión ante el denso, prolongado y artificial silencio de la infinita jornada a través de las minas de Moria. La encerrona, el enfrentamiento y la posterior huída en la Cámara de Mazarbul. Y, como colofón, el pasaje donde la emoción, el miedo, la angustia, la nobleza, el heroísmo, la incertidumbre y la clásica lucha de contrarios alcanzan su máximo apogeo: El enfrentamiento entre Gandalf y el Balrog de Moria en el Puente de Khazad Dûm. Las lágrimas como puños. Los pelos como escarpias. Inmejorable. Inolvidable. Irrepetible.
El Trovador Errante
"¡No puedes pasar! - dijo. Los orcos permanecieron inmóviles, y un silencio de muerte cayó alrededor - ¡Soy un servidor del Fuego Secreto, que es dueño de la llama de Anor! ¡No puedes pasar! ¡El fuego oscuro no te servirá de nada, llama de Udún! ¡Vuelve a la sombra! ¡No puedes pasar!"
J. R. R. Tolkien