JUEGO DE VILLANOS
La muerte se puso una cara de monstruo,
una cara de monstruo horrible,
esperó y esperó detrás de una esquina,
salió al fin de la sombra como un trozo de sombra
y el niño huyó más rápido que su propio alarido.
una cara de monstruo horrible,
esperó y esperó detrás de una esquina,
salió al fin de la sombra como un trozo de sombra
y el niño huyó más rápido que su propio alarido.
Entonces la muerte se puso otra cara,
una vieja cara de mendigo,
esperó y esperó enfrente de la iglesia,
extendiendo la mano y gimiendo su pena
y el niño no supo que hacer con su piedad.
Entonces la muerte se puso otra cara,
una cara de mujer hermosa,
esperó y esperó con los brazos abiertos,
tan maternal, tan fiel, tan persuasiva
que el niño quedó inmóvil de susto o de ternura.
Entonces la muerte sacó su última cara,
una cara de juguete inocente,
esperó y esperó tranquila en la buhardilla,
tan quieta, tan trivial, tan seductora
que el niño le dio cuerda con una sola mano.
Entonces la muerte se animó despacito,
más traidora que nunca y le corto las venas
y le pinchó los ojos y le quitó el aliento
y era lo único que podía esperarse,
porque con la muerte no se juega.
Mario Benedetti
3 comentarios:
jeje... la foto me recuerda a mi Nanci transformada a lo bestia. ¿Por qué ahora la muerte? Busca algo sobre la vida, que nos ha dado tanto: nos ha dado la risa y nos ha dado el llanto... Me ha sorprendido el post.
Un abrazo.
Si hay algo tan natural como la vida, es la muerte.
Pero en cualquier caso no quería resaltar la figura de la muerte.
Simplemente me gustan estos versos... pero de acuerdo, te haré caso. En homenaje a tu recomendación, el próximo post lo dedicaré a la vida. Estate atenta.
Un saludo.
Y es que, aún siendo lo único seguro, nadie se quiere acordar de ella...
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